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Éste era un niño que amaba las estrellas… Cada noche las miraba desde su ventana deseando una para él.
Así que decidió armar un plan para lograr su sueño. Para atrapar una estrella lo mejor sería levantarse temprano, cuándo ya están cansadas de brillar, luego observar, esperar, observar y seguir esperando hasta que apareciera la estrella.
Una vez que se ocultó el sol, apareció la primera estrella y el niño tuvo distintas ideas para alcanzarla
La historia que tenemos acá es la demostración de dos temas puntuales:
El primero, las infancias por lo general tienden a pensar cómo se piensa en la ciencia, es decir, son pequeños/as/es científicos/as/es.
Al respecto sobre este tema, un estudio de la universidad de California del 2012 explica, cito: “Los niños piensan de forma muy similar a la que se emplea en la ciencia. Investigadores de la Universidad de California explican que las hipótesis, las inferencias causales y el aprendizaje a partir de la estadística y de la observación son algunos de los métodos usados por los más pequeños/as y que los convierten en “pequeños/as/es científicos/as/es”. Alison Gopnik. “Scientific Thinking in Young Children:Theoretical Advances, Empirical Research, and Policy Implications”. Science. 27 de septiembre de 2012. Vol 337. 10.1126/science.1223416
El segundo tema, está enfocado a cómo guiamos a las infancias a seguir sus sueños, anhelos, hasta conseguirlos. Qué valores les transmitimos para conseguir su objetivo, cómo les demostramos que muchas veces -siempre- se debe tener paciencia, y disciplina para alcanzar lo que se quiere